UN AÑO DE CELIBATO VOLUNTARIO
- Soltera en un país de machos
- 12 ene 2022
- 5 Min. de lectura
Amo la cara que pone la gente cuando digo les digo que este año haré doce meses de celibato voluntario. ¿Poooor?

Me ven como bicho raro, por querer prescindir (por un tiempo determinado) de lo que parece que fuera lo más valioso de nuestras vidas. Y sí, el sexo es divertido, los orgasmos son divertidérrimos, la conexión es padrísima, la intimidad ni se diga. ¿Pero qué pasa con el vacío que sentimos cuando después del sexo, no son cubiertas nuestras expectativas?
Ah verdad, si te dijeran que no vas a volver a sentir tristeza, desilusión, vacío ni ansiedad después de haber pasado una, dos, tres noches maravillosas con alguien que sin más desaparece de tu vida ¿a poco no le entrarías?.
Veo el celibato más que un compromiso a vivir sin sexo, como un compromiso conmigo a vivir en paz y en armonía. Parece más difícil de lo que es, pues nos han enseñado a darle muchísimo valor al sexo en nuestras vidas, pero yo ya hice mi scouting y creeeeo que este 2022 sí me lo propongo ahora sí lo lograré, porque estoy absolutamente convencida de que conservar la paz, vale más que la mejor “cogida de nuestras vidas”.
¿Cuánto es mucho? ¿Cuánto es poco? Once veces en un año para mi casi cuenta como celibato y lo estaba haciendo demasiado bien hasta que al final del año 💥 , llegó el torbellino que por unos instantes removió la paz interior que tenía, pero fue gracias a ese sacudidón que ahora sí en #2022 llegó la intención. 🙌🏻 Todas las experiencias me van llenando de sabiduría.
Y todo esto empezó porque gracias a la app con la que monitoreo a mi amiga #LaMenstruación, decidí ahí mismo llevar un registro de lo que sucedía en el 2021.
Comencé el año en la playa en la mismísima vacación, pasándola demasiado bien, a punto de lanzarme del tobogán y dejarme ir, cuando la naturaleza bien sabia me mandó #LaMenstruación.

AMO la palabra #menstruación, tantos años diciéndole de mil estúpidas maneras porque nos enseñaron a avergonzarnos de nuestro cuerpo y su naturaleza. Y así sin avisar 13 días antes de ser bienvenida llegó, para ser exactos el día dos de enero. A medio día, cuando después de desayunar caminaríamos por la playa. “Para que le bajes a tu desmadrito” sentí que me decía "El Divino" 🙌.
Y wow, sí que llegó a descomponer la armonía. Desde ese momento cambió toda la vibra de la vacación y eso que nos faltaban otros cuatro días. Desde que le pedí a “mi amigo” que me acompañara a la farmacia, para que me esperara en el coche y evitar el tráfico y me contestó bien fresco: ve tu, a mí me da mucha hueva. Ouch, hasta que regresé a la playa bien feliz con mis Tampax y la hielera llena de cervezas frías, para topármelo bien fresco "al que ya me extrañaba", en tremendo ligue con la mesera. ¡Nombre! con confianza eh, le sonreí, igual lo que queda de la vacación ya ni te sirvo, murmuré mientras me quitaba el top del bikini y le daba un par de fumaditas a un porro, bebía del coco que me entregó en la mano la rubia mesera toda apenada y feliz me fui a meter al mar top less como me fascina. Wey, era la tercera vez en dos meses que estando en la playa me llegaba la #MalditaMenstruación. Ahora el chiste era aguantar vara.
Porque hasta el más abierto, el más buena onda, el más aliado de las mujeres, tiene que soltar frases como: "bueno pues si no cogemos, por lo menos me la chupas". O ¿eres de las que si no coge, no besa? ¿Really man? Y una manteniendo lo más que podía la templanza para no pegar de gritos. Qué horror ser “cualquiera” de las categorías que tu mente imagine. También te podrías aguantar tus frasecitas como para que “la confianza no apeste”. Y esa fue la última vez que este amigo y yo estuvimos juntos porque sí soy de las que NO aguanta ni media majadería.
Y llegó febrero y comiendo un viernes con una amiga tuvimos la maravillosa idea de escribirle de mi celular a un “ex” y sin querer queriendo y sin planearlo demasiado, pues me fui a sacar la cosquilla. Hubo muchas risas, de esas que se generan cuando abunda la confianza.
Luego pasó todo marzo en ceros, cuando a mediados de abril este de las cosquillitas hizo un par de apariciones. Y entonces me cuestionaba ¿es neta Marlene? ¿qué haces aquí? Pero la vida es sabia y en ese momento el dude empezó a viajar y pues bendita distancia, no vaya yo otra vez a terminar enculá.
Pasó todo mayo, junio y ya a finales de julio arañaba las paredes. Ya estaba tan grave el asunto que soñaba con un ex novio y pues se me hizo fácil, a buscar el recalentado. Fue el 26 de julio para ser exactos. Es importante la fecha porque para entonces sumaba ya 88 días y OMG 😱 yo creo que nunca habían pasado tantos días de sequía. 🤣. A-ji-jo. Y clare que sí nos fuimos a quitar la cosquilla. Y entonces volví a concluir lo mismo, no más de ese recalentado.
Finales de julio, agosto y ya casi llegábamos al final de septiembre cuando celebrábamos el final de la pandemia (en nuestras mentes) y que reabrió el Roy, y había que ir a reinaugurarlo. Pasó toda la noche, baile por aquí, baile por acá, y a menos de treinta minutos de que amablemente nos corrieran, apareció a la mitad el fan favorito del Insta. (Por si no creían que los 💯, los 👏🏻 y los 🔥 no funcionan). Ufff.
Pasaron dos meses más y a finales de Noviembre, estando aquí en la casa con una amiga que estaba de paso en su viaje a Madrid, entre platique, platique, mezcal y una que otra fumadita, se me ocurrió planear la travesurilla. Qué fácil reapareció uno de “esos desaparecidos”. A él le voy a poner un 8, me choca cuando nos dejan toda la chamba, la verdad es que eso le quita lo divertido. Y entonces me volví a cuestionar, en serio ¿vale tanto la pena?.
Y es que cuando veo a mis amigas que comienzan a salir con alguien y se ilusionan y luego ese alguien desaparece y se cuestionan ¿qué hice mal? ¿porqué mienten? ¿por qué nos ilusionan?, me convenzo más de perpetuar para siempre mi estatus de soltería. Con la edad he aprendido que #MásValeSola y no hay nada mejor que cuidarnos a nosotras y sobre todo cuidar nuestra energía.❤️🔥
Escucho las historias y la sorpresa que les causan los weyes y en mi mente sólo pienso ¡Bienvenidas a la soltería! Y entonces me juro a mí misma que no me voy a involucrar en ningún tipo de rollete que me distraiga, porque qué paz es estar en armonía.
Pero llegó diciembre, el último mes del año, para mí siempre el más divertido. Fiestas, posadas, mi cumpleaños, cenas navideñas. Todo el mes hay salidas, chupe y de pronto lo que parecía una grata sorpresa, se convirtió otra vez en un vacío.

El común denominador de la desilusión viene cuando según tu hubo empatía, pero luego viene la inexplicable desaparición, después de que “te hacen sentir querida, te abrazan, pero te apapachan, pero me dijo mi princesa, o sea me enamoró amiga. Sentí una conexión increíble, que en realidad fue pura mamada”, me cuenta una amiga recientemente desilusionada. Y entonces me veo dando consejos: mejor ya no lo busques, tómalo como lo que fue, una linda noche y una maravillosa aventura.
¿Y perder la ilusión de enamorarme para toda la vida?
Me ilusiona más saber que cuido con quién comparto mi energía y que sólo estando en paz y en armonía puedo atraer eso que quiero a mi vida.
#SolteraEnElPaísDeLosMachos #Celibato #CelibatoVoluntario #NoMientanPorConvivir #LasMujeresTambiénQueremosNadaMásCoger
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